domingo, 26 de agosto de 2007

EL HUERTO DEL AMOR




Buscando un lugar hermoso para llevar a mi vida de paseo y realizar un romántico camping junto a ella y agradecerle todo lo hermoso que me ha dado me encontré con muchos lugares realmente lindos. Pensé en las cálidas playas de la costa brasilera, pero después me di cuenta de que ahí había mucho ruido como para expresarle cuanto la quiero, así que lo descarte, luego pensé en la cordillera, y también me arrepentí porque era un lugar demasiado frío como para expresar todo el calor que me hace sentir con sus caricias, miradas o simplemente con su forma de ser. Pero aun no podía encontrar el lugar perfecto para realizar mi salida romántica junto a ella.
Tome un libro de turismo y comencé a hojearlo para ver si podía encontrar algún lugar, luego de hojearlo y no encontrar nada deje el libro sobre el sofá mientras me levantaba por un vaso de agua, y al volver sorpresivamente me encontré con el libro abierto en una pagina donde mostraban un hermoso huerto y decidí ir a verlo para ver si realmente era lo que yo andaba buscando.
Al llegar al lugar me baje del bus y vi la entrada a una parcela con un letrero gigante que decía: “EL HUERTO DEL AMOR” mientras miraba con asombro el letrero no hice mas que dar un paso y seme acerco un caballero a prestarme un caballo y una canasta, yo me preguntaba para que era la canasta, al subirme al caballo misteriosamente comencé a flotar y mientras avanzaba vi muchos árboles con preciosos frutos, los que brillaban de limpios y aquel brillo los hacia ver muy apetitosos al pasar cerca de un árbol arranque un fruto e intente comérmelo y cuando lo iba a masticar este se desvaneció y se introdujo por mi boca mientras yo sentía como se repartía en todo mi cuerpo. Mas adelante vi un precioso pajarillo que silbaba una dulce melodía me acerque y al llegar justo frente a el me dijo con voz muy suave; “aquí esta todo lo que necesitas para aquel paseo de amor, elige con cautela y llena tu canasta, si llevas estos frutos ya no importara el lugar donde vayas, porque donde quiera que vayas sentirás como fluye el amor entre ustedes dos”.................
Yo muy asombrado y entusiasmado a la vez por darle lo mejor comencé a recorrer el huerto, me dirigí en primer lugar a un precioso y frondoso manzano, recogí de él muchas manzanas inmensas, porque la manzana es el fruto con mayor cantidad de agua, el agua que nos da la vida y que nos mantiene con buena salud, el agua que nos calma en los momentos difíciles y aquélla que sale de nuestros ojos como una lagrima y rueda por nuestras mejillas para luego morir en nuestra boca cuando estamos tristes o simplemente cuando al alegría nos inunda.
Al continuar mi recorrido por el huerto y cada vez mas maravillado con la hermosura de sus paisajes me dirigí hacia un árbol de mandarinas y al igual que en el anterior saque muchas y las puse en mi canasta, la mandarina es el fruto que demuestra el niño que vive en ti, ya que, es pequeña pero lleva en su interior una dulzura impresionante, es por eso que las puse en la canasta para que sigas siendo siempre igual de dulce y jamás pierdas ese espíritu de niña que hasta ahora mantienes.
Detrás se encontraba una linda parra y me dirigí a sacar un racimo, las uvas son el fruto con el cual se hace la chicha, licor que trae al pueblo la alegría aleja los problemas y siempre esta presente en todas las celebraciones, yo sin embargo la puse en la canasta porque me siento embriagado cuando estoy contigo, siento que el amor me invade y me lleva solo a pensar en lo feliz que me haces. Mientras pensaba en cual será tu fruta preferida de pronto me encontré casi encima de un membrillo, este fruto es también muy interesante, pues es capaz de recibir muchos golpes y sin embargo mientras mas golpes le das mas sabroso es, y yo quiero que sepas aguantar todos los golpes que te da la vida y seas capaz de sacar todo lo bueno de esos malos momentos, mi canasta ya estaba casi llena pero aun sentía que me faltaba algo, mirando el paisaje divise a lo lejos un árbol llenísimo de granadas y me dirigí con un galope muy rápido hacia él, pero al llegar me pregunte porque las grandas y mientras las echaba apareció el granjero que era el dueño del huerto y me dijo: Las granadas son un fruto muy especial, porque este fruto es como el Amor, su color es rojo como el color tradicional de los corazones y de la pasión, existe muchísimo por todos lados (en el interior) y si te das cuenta cuando uno encuentra aquel que le satisface vasta solo con un poquito para ser muy feliz y le puedes convidar a muchísima gente. Yo puse inmediatamente muchas en mi canasta (que ya estaba repletísima) para darte todo el amor del mundo y para repartir un poquito a cada persona que lo necesite y rosear un poco en tu casa y en la mía para que en nuestro diario vivir siempre se encuentre el amor.
Mi niña hermosa espero que algún día podamos realizar aquel lindo paseo que pensé para ti, por mientras te dejaré la canasta para que la ocupes según te parezca mejor, aunque se que aquel Señor (el dueño del huerto) sabrá bendecirte para que sepas el momento preciso en que tienes que comer alguna de las frutas de la canasta y espero que podamos compartir esta canasta por mucho tiempo.